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La paloma en mi habitaciòn

Podría ser el titulo de una canción, pero no lo es. Es simplemente una pequeña historia que ocurrió en una noche de invierno en Lisboa, esta noche.

Después de una jornada más de trabajo, llegué a casa, había estado revelando unas fotos en un negocio del centro de la ciudad, y venia escuchando música con mis fabulosos auriculares, escuchaba Mika, así es, el afeminado de Londres, confieso que inclusive venia cantando por segunda vez «In any other world», entré a  casa, abrí la puerta de mi habitación, me quite la chaqueta, y de repente escuché un ruido fuerte y «raro», una especie de aleteo que me dejo inmóvil mientras mantenía el brazo alzado con mi chaqueta cerca del perchero, me di media vuelta lentamente, confieso -con un poco de miedo- y de repente vi algo que literalmente «voló» o «despego» de mi cama y se poso sobre mi armario, justo encima de mi fiel maleta de plástico color celeste cielo, mire la ventana, y solo encontré un espacio de casi 10 centímetros de apertura (la dejè un poco abierta esta mañana).  Nunca antes una paloma entro en mi habitación, ni siquiera habiendo vivido en Trastevere en Roma, pero eso no es lo raro del asunto, dirigí mi vista a mi cama «made in Ikea» y pude notar que mi edredón color negro, estaba cubierto de «excremento», o sea, «puntos circulares de mierda», seguí mirando y me pareció percibir una especie de diseño «post modernista» hecho de la mas pura mierda ecológica de una paloma invernal. Mire alrededor, y mi Laptop también había sido agraciada con el dichoso residuo orgánico, el suelo también, la estufa, en fin, la bendita paloma había «marcado su territorio» en mi habitación!.

Ahora bien, dicen que las palomas son portadoras de mensajes, algunos, quizàs ingenuamente, creen que son portadoras de mensajes de paz. Lo que si tengo que admitir, es que fue un momento «surreal» ya que allí estaba la paloma, encima de mi maleta, observandome, escudriñándome, moviendo su cabecita de lado a lado,… no sabia si sacarla a escobazo limpio de mi habitación o quedarme allí parado. Mientras la observaba, no podía evitar pensar «que coño hace esta paloma de m…en mi habitación?» y sobre todo, porque esta tan tranquila?. Seamos sinceros, puede que me haya influenciado  una frase de una canción de Mika que dice «so human as I am, I have to give up my defenses», puede que haya visto muchas cosas raras en los últimos dos años, puede que la energía de ciertos momentos en los Balcanes, en Perú o en Brasil, hayan acentuado un cierto tipo de percepción, puede que Venus (mi planeta ascendente) haya pasado justo esta tarde por la casa numero 7 de mi signo zodiacal, puede que este bebiendo demasiado tè rojo, o simplemente puede que me este volviendo loco, pero francamente en un momento determinado me pareció hablar con la paloma, os juro que intentaba concentrarme, ya sabéis, «hacer contacto con la criatura enviada» para entender el «mensaje», no lo logré, solo se me quedaron grabados sus ojitos pequeños, cogí un palo y se lo acerque a la paloma que tranquilamente posó sus patas en él, abrí la ventana y la deje salir…se fue volando.

Ahora observo mi edredón lleno de excremento y pienso en aquello que dicen sobre la mierda de paloma, o sea que trae suerte vamos, así que pienso, si se cagó en mi cama querrà decir que habra «cierto tipo» de fortuna?…mmm, veo mi laptop sucio y me pregunto si al final habrá llegado el momento de cambiar a mi viejo amigo?, miro la maleta, lugar escogido como «trono» y me digo, sera una señal? viajare nuevamente o volare lejos? …sera que la paloma traía un mensaje?, sera simplemente la casualidad del destino? (si es que algo así existe) o simplemente sera que se equivoco la paloma que por ir al Norte llego al Sur?, creyó que mi habitación era el cielo y que la noche la mañana?, que la calor la nevada y que mi corazón su casa?…quien sabe, ella se fue volando.

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La Profecia de lo absurdo

Tengo buenos recuerdos de Lisboa.  Algunos años atrás durante el mes de septiembre, yo era uno de los poco ciclistas recorriendo la ciudad y soportando «hidalgamente» las bocinadas de los automovilistas que no entendían que Lisboa puede ser también una ciudad ecológica y una ciudad para ciclistas.
En aquella oportunidad recorrí la ciudad como un viajero más, sin imaginarme que algunos
años después aterrizaría en esta misma ciudad para escribir un nuevo capitulo en tierras
Lusas.

Objetivamente es cierto que Portugal junto a Grecia son hoy por hoy las economías más dañadas de la comunidad Europea, y muchos se lo pensarían dos veces antes de mudarse a una ciudad como Lisboa, pero todo ha sido muy rápido, tuve que dejar Barcelona cuando quizás ya la había dejado dentro de mi, por otro lado, mi ultimo verano en Barcelona me regalo nuevas emociones y nuevos amigos, pero tambien me hizo ver que algunos quizas no lo eran; asì es la vida, por otro lado reconosco que el regreso a Europa, aún sabiendo que regresaba a una Barcelona  distinta, magullada por la crisis, con muchos de mis amigos fuera de la ciudad y en plena catarsis veraniega fuè un poco traumatico, algo definitivamente habìa cambiado, haber viajado durante mucho tiempo por los Balcanes y America del Sur me dejo muchas cosas profundas y positivas, y aunque conservaba la esperanza de seguir viviendo en una ciudad de la cual estoy enamorado, sabia que si hasta Diciembre no encontraba un nuevo trabajo en Barcelona tendría que cambiar de rumbo, pero confiaba en que las cosas caerian por su propio peso, y ya que nunca he tenido problemas para encontrar un trabajo, me resultaba extraño ver que las cosas no evolucionaban positivamente en la ciudad condal.

Afirmè la idea de irme a Berlin en Diciembre, compre los billetes, y cuando solo me quedaba seguir disfrutando de los ùltimos rayos de sol y las ùltimas sesiones de beach Volley en la capital Catalana, recibí una llamada telefónica justo en medio de un reñido partido, al otro lado de la linea me preguntaban si aceptaría venir a Lisboa; a estas alturas realmente pocas cosas me sorprenden, así que había que decidir muy rápido y las circunstancias eran óptimas, soltero, sin piso propio, y con menos equipaje de lo pensado, tomar un vuelo a Lisboa sin saber que me esperaba y que iba a encontrar exactamente, me resultaba excitante.
Los viajes me han enseñado que aveces hay que confiar en lo impredecible, y en este caso lo que a primera impresión era impredecible termino no siendolo ya que algunos meses atrás, exactamente en Septiembre del año pasado, me encontraba en la ciudad de Cuzco en Peru, junto a mi amiga Trine, y junto a un chaman Inca que por primera vez me brindaba mi primera lectura de las «hojas de coca»,  «haz una pregunta a las hojas»- me dijo el chaman- «me quedare en donde estoy?», – fue mi única y escéptica pregunta- para luego observar al curandero del altiplano recitar algo en lengua quechua y arrojar las hojas sobre el manto de aquel colorido tejido inca, «regresaras al lugar donde vives, pero solo por poco tiempo, e iras a un lugar donde no conoces la lengua»-dijo el chaman-.

Coincidencia o no, hoy me encuentro en Lisboa, y recuerdo que en aquel momento en Cuzco, no hablaba Portugués (ya que aún no había ido a Brazil), por lo cual Portugal entraba en la lista de aquellos «posibles» destinos profetizados por las sagradas hojas de coca.
Meses despues en playa Nova Icaria, pensando en lo que me esperaría en Berlin, al recibir la llamada con la oferta de trabajo en Lisboa, recordé aquella casita en Cuzco y aquel chaman con sus hojas de coca!.
Rubén Blades cantaba «la vida te da sorpresas sorpresas te la vida» y mi llegada a Lisboa iniciò con màs de una sorpresa, y es màs, tengo el presentimiento que mi paciencia sera probada por estos lares, ya que esta ciudad y su gente tienen un modo particular de concebir el tiempo y las relaciones.
Ni me esperaba nadie en el aeropuerto, ni en el hotel sabían nada de mi llegada, porque como «suele pasar» en Lisboa, «alguien se olvido de hacer su trabajo».
Conozco poca gente en la ciudad, comparto casa con un Siciliano,un Finlandés y un Alemán, aún no he firmado mi contrato de trabajo y no recibiré algun pago formal hasta Diciembre, van casi 16 días en esta ciudad, curiosamente hay mucha oferta cultural gratuita, tengo un Siciliano excentrico que me hace reír desde las 8 de mañana, a un Vasco que fuma como chino en quiebra y dice cosas que nadie entiende en los momentos más inesperados, tengo una Noruega que le gustan los Argentinos con barba y el mate, y tengo también a dos Finlandeses colocadisimos de marihuana que aveces me dejan realmente flipando.
Extraño la bicicleta, extraño el beach volley y extraño a los que me extrañan, pero aún màs que todo, tengo curiosidad de lo que viene, hay una sola cosa segura en esta vida, pero por ahora estoy en Lisboa… y esto, esto recién empieza.

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